Calzado de seguridad apto para la conducción y cómo evitar sanciones

José Miguel Nicolás Pedreño
José Miguel Nicolás Pedreño | Agente de Atención al Cliente
25/04/2022 | Actualizado: 10/09/2025 25/04/2022
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Calzado de seguridad apto para la conducción y cómo evitar sanciones
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¿Es legal conducir con calzado de seguridad? Esta es una duda frecuente, sobre todo entre profesionales que utilizan este tipo de equipo en su jornada laboral. Según la Dirección General de Tráfico (DGT) y la normativa vigente en España, no existe una prohibición explícita sobre el uso de calzado de seguridad al volante. Sin embargo, el Reglamento General de Circulación establece en su artículo 18 que el conductor debe mantener siempre la libertad de movimientos necesaria para garantizar su propia seguridad, la del vehículo y la de otros usuarios de la vía. Por tanto, el calzado de seguridad debe permitir un control adecuado de los pedales y no dificultar la conducción. En este post, te contamos qué características debe tener el calzado de seguridad apto para la conducción y cómo evitar sanciones.

¿Qué dice la DGT sobre conducir con calzado de seguridad?

La Dirección General de Tráfico (DGT) no prohíbe explícitamente el uso de calzado de seguridad al conducir, pero sí establece ciertas recomendaciones y obligaciones para garantizar una conducción segura. De acuerdo con el artículo 18 del Reglamento General de Circulación, el conductor debe mantener en todo momento la libertad de movimientos necesaria para controlar el vehículo de forma segura. Esto implica que el calzado utilizado no debe dificultar el uso adecuado de los pedales de aceleración, freno y embrague. En este sentido, la DGT advierte que conducir con un calzado inadecuado, como botas muy rígidas, calzado excesivamente pesado o con suelas muy gruesas, podría afectar la precisión y rapidez en la respuesta del conductor, lo que incrementa el riesgo de accidentes.

Por lo tanto, aunque el calzado de seguridad está permitido, es fundamental que cumpla con ciertos requisitos:

  • Debe permitir un buen tacto y control sobre los pedales.
  • No debe ser excesivamente rígido ni pesado.
  • La suela debe tener un grosor adecuado para no restar sensibilidad en la conducción.
  • Debe ajustarse correctamente al pie para evitar deslizamientos o incomodidad.

¿Es legal conducir con botas de seguridad?

Conducir con botas de seguridad es legal en España, siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos en el artículo 18 del Reglamento General de Circulación. Sin embargo, no todas las botas de seguridad son aptas para la conducción. Algunos modelos pueden ser demasiado rígidos, pesados o tener suelas gruesas, lo que reduce la sensibilidad y el tacto sobre el acelerador, freno y embrague. Estas características pueden dificultar la capacidad de reaccionar rápidamente en situaciones de emergencia.

Para evitar sanciones o situaciones peligrosas, las botas de seguridad deben cumplir con ciertos requisitos:

  • Flexibilidad: Las botas no deben ser excesivamente rígidas para permitir el movimiento adecuado del pie.
  • Ligereza: Un peso excesivo podría dificultar la precisión en el manejo de los pedales.
  • Suela adecuada: El grosor de la suela no debe restar sensibilidad al contacto con los pedales.
  • Ajuste correcto: Las botas deben sujetar bien el pie para evitar deslizamientos internos.

¿Se puede recibir una sanción por llevar calzado de seguridad al volante?

El uso de calzado de seguridad al volante no está prohibido como tal, pero sí puede derivar en una sanción si este tipo de calzado dificulta la conducción segura. La multa por esta infracción suele ser de hasta 80 euros, aunque no conlleva la pérdida de puntos en el carnet de conducir. No obstante, más allá de la posible sanción, el riesgo principal radica en la seguridad: un calzado inadecuado puede limitar la capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia.

Calzado de seguridad y sus limitaciones en la conducción

El calzado de seguridad está diseñado para proteger el pie en entornos laborales, pero no siempre es el más adecuado para la conducción. Aunque su uso es legal, ciertas características de este tipo de calzado pueden limitar la comodidad y el control necesarios al volante, lo que podría afectar la seguridad en la carretera.

Entre las principales limitaciones del calzado de seguridad para conducir se encuentran:

  • Rigidez excesiva: Muchos modelos de calzado de seguridad están fabricados con materiales duros y poco flexibles, lo que dificulta el movimiento natural del pie al accionar los pedales.
  • Peso elevado: El refuerzo en la puntera, generalmente de acero o materiales compuestos, añade peso al calzado, lo que puede ralentizar la rapidez de reacción al frenar o acelerar.
  • Suela gruesa: Las suelas reforzadas, diseñadas para proteger contra impactos o perforaciones, pueden restar sensibilidad, haciendo más difícil dosificar la presión sobre los pedales.
  • Tamaño voluminoso: Algunas botas de seguridad son más anchas y grandes, lo que podría dificultar el cambio preciso de pedales o incluso provocar que se presionen dos a la vez accidentalmente.
  • Falta de ajuste: Si el calzado no se ajusta correctamente al pie, puede deslizarse internamente, dificultando la precisión y el control de los movimientos.

Casos en los que el calzado de seguridad no es recomendable

Aunque el calzado de seguridad ofrece una protección esencial en determinados entornos laborales, no siempre es la mejor opción para conducir. Existen situaciones específicas en las que este tipo de calzado puede comprometer la comodidad, el control y la seguridad al volante. Estas son algunas de ellas:

  • Conducción en trayectos largos: Durante viajes prolongados, el uso de calzado de seguridad rígido y pesado puede causar fatiga en los pies, reduciendo la precisión en el manejo de los pedales y afectando el tiempo de reacción.
  • En situaciones de tráfico intenso: En condiciones de tráfico denso, donde es necesario realizar constantes cambios de velocidad y frenadas, un calzado con suela gruesa o poco flexible puede dificultar la sensibilidad y el control sobre los pedales.
  • Conducción de vehículos pequeños: En coches con un espacio reducido entre los pedales, el tamaño voluminoso de algunas botas de seguridad puede provocar molestias e incluso el riesgo de presionar dos pedales a la vez accidentalmente.
  • En condiciones de lluvia o humedad: Si el calzado de seguridad no cuenta con suelas antideslizantes adecuadas, existe un mayor riesgo de que el pie resbale al accionar el embrague, el freno o el acelerador.
  • Cuando el calzado está sucio o mojado: Después de trabajar en ambientes con barro, agua o materiales resbaladizos, el calzado de seguridad puede trasladar suciedad a los pedales, afectando la adherencia y el control.

Tipos de calzado de seguridad aptos para la conducción

Aunque no todo el calzado de seguridad es adecuado para conducir, existen modelos diseñados para ofrecer protección sin sacrificar comodidad y movilidad. La normativa de tráfico en España, específicamente el artículo 18 del Reglamento General de Circulación, establece que el conductor debe conservar siempre la libertad de movimientos necesaria para garantizar una conducción segura. Aunque no se prohíbe expresamente el uso de calzado de seguridad, sí se exige que este no interfiera en el control adecuado del vehículo. Por ello, el calzado permitido debe cumplir con ciertas características esenciales:

  • Zapatillas de seguridad ligeras: Fabricadas con materiales más flexibles y punteras de fibra de vidrio o composite en lugar de acero, ofrecen una protección adecuada sin el peso excesivo de las botas tradicionales.
  • Calzado de seguridad con suela fina y antideslizante: Una suela delgada y flexible proporciona una mejor sensibilidad al presionar los pedales, mientras que una superficie antideslizante evita que el pie resbale.
  • Botas de seguridad de corte bajo: A diferencia de las botas altas, estas permiten una mayor libertad de movimiento en el tobillo, facilitando el control preciso sobre el acelerador, freno y embrague.
  • Calzado de seguridad ergonómico: Diseñado específicamente para ofrecer comodidad durante largas jornadas, este tipo de calzado se ajusta bien al pie, evitando deslizamientos internos que puedan afectar la precisión al volante.
  • Zapatos de seguridad tipo mocasín: Sin cordones ni elementos que puedan engancharse, estos modelos combinan protección y facilidad de uso, además de ofrecer un ajuste firme y cómodo.

Conclusión: ¿Es recomendable conducir con calzado de seguridad?

Conducir con calzado de seguridad puede ser recomendable siempre y cuando el modelo elegido no comprometa la comodidad ni el control del vehículo. Como hemos visto, la normativa vigente no prohíbe el uso de este tipo de calzado, pero sí exige que el conductor mantenga la libertad de movimientos y el dominio total sobre los pedales. Por eso, no todos los calzados de seguridad son adecuados para la conducción. Las botas rígidas, pesadas o con suelas gruesas pueden dificultar la precisión y rapidez al frenar, acelerar o cambiar de marcha, incrementando el riesgo de accidentes y la posibilidad de recibir una sanción. En cambio, los modelos ligeros, flexibles y ergonómicos permiten una conducción más segura y confortable.

Si utilizas calzado de seguridad en tu entorno laboral y necesitas conducir, lo ideal es optar por aquellos modelos diseñados con suela fina, buen ajuste y materiales livianos. De esta manera, cumplirás con la normativa y evitarás multas, al mismo tiempo que proteges tus pies sin renunciar a la seguridad en la carretera. En definitiva, conducir con calzado de seguridad es recomendable solo si el modelo es adecuado. Evaluar las características del calzado y su impacto en la conducción es clave para evitar inconvenientes y asegurar una experiencia de manejo cómoda y segura.

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