Inspección de trabajo en prevención de riesgos laborales ¿En qué consiste?

Alejandra Abellán Gómez
Alejandra Abellán Gómez | Operadora de almacén
27/05/2025 | Actualizado: 03/09/2025 27/05/2025
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Inspección de trabajo en prevención de riesgos laborales ¿En qué consiste?
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La seguridad y salud en el trabajo son pilares fundamentales en cualquier entorno laboral. Para garantizar que las empresas cumplan con la normativa vigente en materia de prevención de riesgos laborales, existe una figura clave: la inspección de trabajo. Cuando hablamos de inspección de trabajo en prevención de riesgos laborales, nos referimos al conjunto de actuaciones llevadas a cabo por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) para verificar que las empresas aplican correctamente las medidas preventivas exigidas por la ley. En este artículo te explicamos en qué consiste una inspección de este tipo, cómo se desarrolla, qué aspectos se evalúan y qué consecuencias puede tener para las empresas no cumplir con la normativa de prevención.

¿Qué es una inspección de trabajo en prevención de riesgos laborales?

Una inspección de trabajo en prevención de riesgos laborales es una actuación oficial llevada a cabo por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) con el objetivo de verificar que las empresas cumplen con las obligaciones establecidas en materia de seguridad y salud en el trabajo. Estas inspecciones forman parte del sistema de control de la legalidad y están orientadas a proteger la integridad de las personas trabajadoras frente a los riesgos derivados de su actividad profesional.

En este ámbito, la actuación inspectora se centra en comprobar que se han evaluado adecuadamente los riesgos laborales, que se han implantado medidas preventivas eficaces y que se respetan los derechos en materia de salud laboral. Asimismo, se examinan aspectos como la existencia de un plan de prevención, la formación en seguridad, la vigilancia de la salud y la correcta aplicación de los equipos de protección. El marco legal que regula estas actuaciones se encuentra en la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, la cual establece los principios generales de la acción preventiva y define las responsabilidades de los empleadores en la gestión de la seguridad y salud laboral. Según esta norma, todas las empresas están obligadas a integrar la prevención en su sistema de gestión y a colaborar con la ITSS en caso de inspección.

¿Quién la realiza y por qué motivos se lleva a cabo?

La Inspección de Trabajo y Seguridad Social es el organismo público encargado de realizar las inspecciones en materia de prevención de riesgos laborales. Estas actuaciones pueden ser llevadas a cabo por inspectores o subinspectores de Seguridad y Salud Laboral, quienes tienen la autoridad legal para acceder a los centros de trabajo, solicitar documentación, entrevistar al personal y levantar actas en caso de infracción. Las inspecciones pueden iniciarse por diversos motivos, entre los más frecuentes se encuentran:

  • Campañas programadas: La ITSS planifica campañas periódicas para controlar sectores con mayor índice de siniestralidad o riesgo, como la construcción, la industria o la agricultura.
  • Denuncias de trabajadores o sindicatos: Cualquier persona puede poner en conocimiento de la Inspección posibles incumplimientos de la normativa preventiva de forma confidencial.
  • Accidentes laborales graves o mortales: En estos casos, la intervención inspectora es inmediata para esclarecer los hechos y depurar responsabilidades.
  • Requerimientos judiciales o de otros organismos públicos: Por ejemplo, a raíz de una actuación de la Seguridad Social o de una investigación penal.
  • Seguimiento de inspecciones anteriores: Para comprobar que se han corregido las deficiencias detectadas previamente.

Aspectos clave que se revisan durante la inspección

Durante una inspección de trabajo en prevención de riesgos laborales, los técnicos de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social analizan una serie de elementos fundamentales que permiten evaluar si la empresa cumple con sus obligaciones legales en materia de seguridad y salud laboral. El objetivo es comprobar que la gestión preventiva está correctamente integrada en la organización y que se protege de forma efectiva la integridad física y psicosocial de las personas trabajadoras. Vamos a detallar los principales puntos que suelen ser objeto de revisión durante una inspección y que toda empresa debe tener correctamente documentados y actualizados.

Documentación exigida

Uno de los primeros aspectos que verifica el inspector durante una visita es la disponibilidad y correcta conservación de la documentación relacionada con la prevención de riesgos laborales. Esta información es esencial para demostrar que la empresa ha planificado e implementado adecuadamente su sistema de gestión preventiva, conforme a lo establecido por la normativa vigente. Entre la documentación que debe estar disponible se encuentra:

  • Plan de prevención de riesgos laborales: Documento básico que define la estructura organizativa, responsabilidades, procedimientos y recursos necesarios para integrar la prevención en todos los niveles de la empresa.
  • Evaluación de riesgos: Análisis detallado de los peligros presentes en los diferentes puestos de trabajo y las medidas adoptadas para eliminarlos o minimizarlos.
  • Planificación de la actividad preventiva: Relación de acciones concretas para corregir o mejorar las condiciones detectadas en la evaluación de riesgos, con fechas, responsables y seguimiento.
  • Formación e información a los trabajadores: Registros que acrediten la formación específica en materia de prevención recibida por el personal, así como la información facilitada sobre los riesgos del puesto.
  • Vigilancia de la salud: Documentación que acredite la oferta de reconocimientos médicos y el control periódico de la salud de los trabajadores, conforme a los riesgos detectados.
  • Contratos o acuerdos con servicios de prevención: En caso de contar con un servicio de prevención ajeno o mancomunado, deben mostrarse los contratos vigentes y los informes emitidos.

Papeles exigidos durante una inspección de PRL

Documentación obligatoria en una inspección de riesgos laborales

Evaluaciones de riesgos y planes de prevención

Las evaluaciones de riesgos y los planes de prevención son elementos clave en cualquier inspección de trabajo relacionada con la seguridad y salud laboral. La evaluación de riesgos laborales consiste en identificar y analizar los peligros presentes en cada puesto de trabajo, valorando su probabilidad e impacto. Este proceso permite determinar qué medidas deben implantarse para eliminar o controlar los riesgos detectados. La ley exige que esta evaluación sea actualizada periódicamente, especialmente ante cambios en los procesos, equipos, instalaciones o condiciones laborales.

Por su parte, el plan de prevención de riesgos laborales es el documento estratégico que integra la prevención en el sistema general de gestión de la empresa. Define la organización de la prevención, las responsabilidades asignadas, los recursos disponibles, los procedimientos establecidos y los mecanismos de seguimiento. Durante la inspección, se revisa que este plan exista, esté implantado y se adapte a la realidad y necesidades específicas de la organización.

Condiciones de seguridad y uso de EPIs

Durante una inspección en materia de prevención de riesgos laborales, uno de los aspectos más visibles y decisivos es la revisión de las condiciones de seguridad del entorno de trabajo y el uso adecuado de los Equipos de Protección Individual (EPIs). El inspector examina si las instalaciones, maquinarias, herramientas y zonas de trabajo cumplen con las condiciones mínimas de seguridad exigidas por la normativa. Esto incluye, por ejemplo, la correcta señalización de riesgos, la existencia de protecciones en máquinas, la limpieza y orden en el espacio laboral, el mantenimiento de equipos, la iluminación, la ventilación, y el almacenamiento seguro de sustancias peligrosas. En cuanto a los EPIs, se verifica que:

  • Sean adecuados al riesgo y al trabajador que los utiliza.
  • Estén homologados y en buen estado.
  • Se entreguen de forma gratuita por parte de la empresa.
  • Se garantice su uso efectivo durante toda la jornada laboral.
  • Exista formación e información sobre su correcta utilización.

Uso adecuado de EPIs en el entorno laboral

Empleados utilizando equipos de protección individual correctamente 

Formación e información a los trabajadores

Uno de los pilares fundamentales de la prevención de riesgos laborales es garantizar que todos los trabajadores reciban la formación e información adecuadas sobre los riesgos asociados a su puesto de trabajo y las medidas para prevenirlos. Durante una inspección, este aspecto es cuidadosamente revisado, ya que está directamente vinculado con la capacidad del personal para actuar de forma segura. La formación en prevención de riesgos laborales debe ser teórica y práctica, específica para las funciones que realiza cada trabajador, y actualizarse siempre que se produzcan cambios en los equipos, procesos o condiciones de trabajo. Además, debe impartirse dentro del horario laboral y sin coste para el trabajador. Por otro lado, la información preventiva debe estar accesible, clara y actualizada. Incluye instrucciones de seguridad, señalización adecuada, manuales de uso de maquinaria, protocolos de actuación ante emergencias y cualquier otro medio que ayude al personal a conocer los riesgos existentes y cómo protegerse de ellos. El inspector puede solicitar evidencias de esta formación, como:

  • Certificados de cursos impartidos.
  • Registros de asistencia.
  • Contenidos formativos utilizados.
  • Entrevistas directas a los trabajadores para verificar el grado de conocimiento práctico.

Errores comunes que pueden derivar en sanciones

Durante una inspección de trabajo en prevención de riesgos laborales, es habitual que se detecten una serie de fallos recurrentes que pueden dar lugar a sanciones administrativas, cuya gravedad depende del nivel de incumplimiento y del riesgo generado para los trabajadores. Uno de los errores más comunes es la ausencia, incompletitud o desactualización de documentos esenciales como el plan de prevención, la evaluación de riesgos o la planificación de la actividad preventiva. Una gestión documental deficiente impide demostrar que la empresa cumple con sus obligaciones legales y, además, dificulta la identificación y control efectivo de los riesgos. Este descuido puede suponer una infracción grave según el artículo 12 del Real Decreto Legislativo 5/2000 (LISOS), al poner en peligro la integridad de los trabajadores.

El mal estado de los equipos de trabajo, herramientas o instalaciones, así como la inexistencia de un plan de mantenimiento preventivo, es otra de las deficiencias habituales. Un mantenimiento inadecuado puede generar riesgos eléctricos, mecánicos o estructurales, lo que constituye una infracción del artículo 17 de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), que obliga a utilizar equipos seguros y mantenidos. Para conocer cómo organizar esta labor, puede consultarse la Guía Técnica para la utilización de equipos de trabajo del INSST.

Más allá de la prevención, durante la inspección también pueden detectarse prácticas laborales contrarias a la legislación vigente, como jornadas irregulares, falta de contratos, ausencia de alta en la Seguridad Social o impagos de salario. Por ejemplo, según el artículo 6.2 del Estatuto de los Trabajadores y el artículo 22 de la LPRL, los menores de edad no pueden realizar trabajos peligrosos o con exposición a riesgos graves. Si se identifica un caso así durante la inspección, las consecuencias legales pueden ser especialmente severas.

¿Qué sanciones puede acarrear un incumplimiento?

El incumplimiento de la normativa en materia de prevención de riesgos laborales no solo pone en riesgo la salud y seguridad de los trabajadores, también puede conllevar importantes consecuencias legales y económicas para la empresa. Las sanciones derivadas de una inspección pueden ir desde advertencias y requerimientos de subsanación, hasta multas económicas considerables, paralización de la actividad o incluso responsabilidades penales en casos graves.

Las infracciones se clasifican en leves, graves o muy graves, según el grado de incumplimiento y el peligro generado. Las sanciones están reguladas por el Real Decreto Legislativo 5/2000, que aprueba la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social (LISOS), y pueden ascender hasta los 983.736 euros en los casos más graves. Además del impacto económico, las consecuencias pueden incluir la pérdida de ayudas o bonificaciones, la suspensión de actividad, la imposibilidad de contratar con la administración pública o la obligación de indemnizar a trabajadores afectados por un accidente o enfermedad profesional.

Infracciones leves, graves y muy graves

La Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social (LISOS, Real Decreto Legislativo 5/2000) clasifica los incumplimientos en materia de prevención de riesgos laborales en leves, graves y muy graves, en función de la conducta del empleador, el riesgo generado y el grado de afectación a la seguridad y salud de los trabajadores. Esta clasificación determina el importe de las sanciones económicas y las posibles consecuencias adicionales.

  • Infracciones leves. Son aquellas que no suponen un riesgo grave para la seguridad de los trabajadores, pero representan un incumplimiento formal o administrativo. Algunos ejemplos comunes incluyen:
    • No comunicar a la autoridad laboral la apertura de un centro de trabajo.
    • No conservar adecuadamente la documentación preventiva.
    • Deficiencias menores en la señalización o en la información facilitada a los trabajadores.
  • Infracciones graves. Implican un incumplimiento que pone en riesgo la salud de los trabajadores o demuestra una negligencia evidente en la gestión preventiva. Ejemplos habituales:
    • No realizar la evaluación de riesgos o mantenerla desactualizada.
    • No proporcionar formación en prevención adecuada al puesto.
    • No adoptar medidas frente a riesgos detectados.
    • Utilización de equipos sin el mantenimiento requerido.
  • Infracciones muy graves. Se refieren a actuaciones u omisiones que suponen un riesgo grave e inminente para la vida, integridad física o salud de los trabajadores. También incluye reincidencias o situaciones especialmente peligrosas. Por ejemplo:
    • No aplicar medidas correctoras tras un accidente laboral grave.
    • Ignorar órdenes o requerimientos de la Inspección de Trabajo.
    • Asignar tareas peligrosas a trabajadores especialmente sensibles (como embarazadas o menores) sin protección adecuada.

Multas y consecuencias legales

Las multas derivadas de infracciones en prevención están reguladas por el Real Decreto Legislativo 5/2000 (LISOS) y se clasifican según la gravedad de la infracción:

  • Leves: de 45 a 485 euros.
  • Graves: de 486 a 9.830 euros.
  • Muy graves: de 9.831 a 983.736 euros.

Además de las multas administrativas, el incumplimiento puede conllevar:

  • Responsabilidad civil, si se demuestra que la falta de medidas preventivas ha causado daños a un trabajador, lo que puede traducirse en indemnizaciones cuantiosas.
  • Responsabilidad penal, cuando la conducta negligente provoque lesiones graves, enfermedad profesional o fallecimiento. En estos casos, se puede imputar al empresario o responsables directos por delito contra la seguridad de los trabajadores (art. 316 y 317 del Código Penal), con penas de prisión de seis meses a tres años y multas económicas adicionales.
  • Recargos de prestaciones por parte de la Seguridad Social, si se prueba que el accidente o enfermedad se produjo por falta de medidas de seguridad, lo que puede suponer un aumento del 30% al 50% en las prestaciones que debe abonar la empresa afectada.

Importancia de contar con un plan de prevención activo

Contar con un plan de prevención de riesgos laborales activo y eficaz no debe entenderse como una mera obligación legal, es una herramienta estratégica clave para garantizar la sostenibilidad y productividad de cualquier organización. Un sistema preventivo bien estructurado permite identificar y controlar los riesgos laborales antes de que se materialicen, reduciendo significativamente el número de accidentes, enfermedades profesionales y sus consecuencias económicas y humanas.

Según datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), las empresas que aplican correctamente su plan de prevención y mantienen actualizada su evaluación de riesgos logran reducir hasta en un 60% la siniestralidad laboral respecto a aquellas que no lo hacen. Este impacto es especialmente notable en sectores con alta exposición a peligros físicos o mecánicos, como la construcción o la industria manufacturera.

Conclusión: Prepararse para la inspección es proteger tu empresa

La inspección de trabajo en prevención de riesgos laborales no debe percibirse únicamente como un mecanismo de control, es más bien una oportunidad para mejorar la gestión preventiva y reforzar el compromiso de la empresa con la seguridad y la salud de sus trabajadores. A lo largo de este artículo hemos visto cómo una inspección puede abarcar desde la revisión documental (evaluación de riesgos, planes de prevención, formación, uso de EPIs) hasta la verificación de las condiciones físicas del entorno laboral y el cumplimiento normativo. También hemos analizado los errores más frecuentes que pueden derivar en sanciones económicas o legales, y la importancia de contar con un plan de prevención activo y actualizado.

Prepararse adecuadamente para una inspección es una muestra de responsabilidad empresarial y representa una inversión que evita costes, mejora la productividad y protege el activo más valioso de cualquier organización: su equipo humano.

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