¿Qué es una zona ATEX y cómo se clasifican?

Cristian Toledo Martínez
Cristian Toledo Martínez | Agente de Atención al Cliente
01/05/2022 | Actualizado: 24/10/2025 01/05/2022
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¿Qué es una zona ATEX y cómo se clasifican?
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Cuando hablamos de seguridad en entornos industriales, uno de los términos más importantes que surgen es “zona ATEX”. Este concepto es fundamental para prevenir riesgos de explosión en lugares donde se manejan sustancias inflamables o combustibles, como gases, vapores, nieblas o polvos. Pero, ¿qué significa exactamente zona ATEX y cómo se clasifican estos espacios? En este post os contamos todo lo esencial sobre las zonas ATEX, qué son y cómo hacer prevención en ellas.

Significado de zona ATEX: qué es, origen y normativa básica

Una zona ATEX es un área con riesgo de explosión debido a la presencia de sustancias inflamables, ya sea en forma de gases, vapores, nieblas o polvos combustibles. El término “ATEX” proviene de la combinación de las palabras “ATmosphères EXplosibles” y se asocia directamente con la normativa europea que regula las condiciones de seguridad en estos entornos peligrosos. El concepto ATEX surge a partir de dos directivas clave de la Unión Europea destinadas a prevenir explosiones en el ámbito industrial. Estas directivas son:

  • Directiva ATEX 2014/34/UE: Regula los requisitos que deben cumplir los equipos y sistemas de protección destinados a ser usados en atmósferas potencialmente explosivas. Está dirigida a fabricantes y proveedores de dichos productos.
  • Directiva ATEX 1999/92/CE: Establece las obligaciones mínimas de protección para los trabajadores que operan en zonas con riesgo de explosión. Afecta directamente a empleadores y responsables de seguridad laboral.

Clasificación de las zonas ATEX según el nivel de riesgo

La clasificación de las zonas ATEX se realiza en función del tipo de sustancia inflamable presente (gases, vapores o polvos combustibles) y del nivel de riesgo asociado a la frecuencia y duración con la que puede generarse una atmósfera explosiva. Esta categorización permite identificar con precisión las áreas de peligro dentro de una instalación y aplicar las medidas de protección adecuadas. Las zonas ATEX se agrupan en dos grandes categorías, según el tipo de sustancia que puede provocar una explosión:

  • Zonas ATEX para gases, vapores o nieblas inflamables
  • Zonas ATEX para polvos combustibles

A su vez, cada grupo se divide en zonas numeradas (0, 1, 2 para gases y 20, 21, 22 para polvos) que indican el grado de probabilidad de aparición de una atmósfera explosiva.

Zona 0, zona 1 y zona 2: presencia de gases o vapores

Las zonas ATEX clasificadas como zona 0, zona 1 y zona 2 corresponden a espacios donde existe riesgo de explosión por la presencia de gases, vapores o nieblas inflamables.

La zona 0 representa el nivel de riesgo más alto. Es un área en la que la atmósfera explosiva está presente de forma continua, prolongada o frecuente. Un ejemplo típico de zona 0 es el interior de un tanque de almacenamiento de combustible, donde los vapores inflamables están presentes casi permanentemente. En este tipo de zona, todos los equipos instalados deben contar con un máximo nivel de protección ATEX.

La zona 1 es un área donde la atmósfera explosiva puede aparecer durante el funcionamiento normal de una instalación. Aunque no es tan constante como en la zona 0, la probabilidad de formación de gases o vapores inflamables sigue siendo considerable. Esta zona suele encontrarse, por ejemplo, alrededor de válvulas, bombas o puntos de carga y descarga de líquidos inflamables.

La zona 2 es aquella en la que la presencia de una atmósfera explosiva es poco probable y de corta duración, incluso en condiciones normales de trabajo. Se considera una zona de riesgo bajo, pero no exenta de peligro. La zona 2 puede encontrarse en áreas cercanas a instalaciones de proceso, donde la ventilación y el control de emisiones están bien gestionados.

Zona 20, zona 21 y zona 22: riesgo por polvo en suspensión

Las zonas 20, 21 y 22 se utilizan para clasificar áreas con riesgo de explosión por la presencia de polvo combustible en suspensión en el aire. Este tipo de atmósferas explosivas puede generarse en sectores como la industria alimentaria, farmacéutica, química o en instalaciones donde se manipulan materiales como cereales, harinas, azúcar, metales finos o plásticos.

La zona 20 es la de mayor riesgo dentro de esta categoría. Es un área donde la atmósfera explosiva en forma de nube de polvo combustible está presente de forma continua, frecuente o durante largos períodos. Un ejemplo de zona 20 puede ser el interior de silos, tolvas o sistemas cerrados de transporte neumático, donde el polvo se acumula y permanece en suspensión con facilidad.

La zona 21 es un área donde es probable que se forme una atmósfera explosiva debido a la suspensión de polvo en condiciones normales de funcionamiento. Suelen encontrarse en lugares como sistemas de llenado de depósitos, filtros de polvo o zonas cercanas a procesos de manipulación y molienda de materiales combustibles.

La zona 22 corresponde a entornos donde la aparición de una nube de polvo explosivo es poco probable, y si llega a producirse, será de forma ocasional y por periodos cortos. Esta clasificación es común en áreas adyacentes a zonas 21, como salas de proceso con buena ventilación, donde el polvo puede liberarse por fugas o limpiezas esporádicas.

Zonas combinadas: ¿qué significa ATEX 1/21 o 2/22?

En algunos entornos industriales, los riesgos de explosión no provienen solo de gases o vapores, sino también de la presencia de polvo combustible. En estos casos, se habla de zonas ATEX combinadas, y se utilizan designaciones como ATEX 1/21 o ATEX 2/22 para identificar áreas donde coexisten ambos tipos de atmósferas explosivas. Una zona ATEX combinada hace referencia a espacios donde puede formarse una atmósfera explosiva por gases/vapores y también por polvo, ya sea simultáneamente o en momentos diferentes. Por ello, se requiere que los equipos instalados estén certificados para ambos tipos de riesgo, lo que implica un nivel de protección doble.

  • Zona ATEX 1/21: Indica un área clasificada como zona 1 por riesgo de gases o vapores inflamables y al mismo tiempo como zona 21 por riesgo de polvo en suspensión. Es una zona de riesgo medio-alto que requiere equipos con certificación ATEX adecuada para ambas condiciones.
  • Zona ATEX 2/22: Se refiere a un área con riesgo ocasional por presencia de gases (zona 2) y polvo (zona 22). Aunque el riesgo es más bajo, sigue siendo necesario cumplir con las normativas ATEX específicas y utilizar equipos certificados para evitar accidentes.

¿Cómo asegurar una zona ATEX?

Desde la selección de equipos certificados ATEX, hasta la correcta señalización, ventilación y formación del personal, existen múltiples acciones que deben llevarse a cabo para minimizar el riesgo. Estas medidas deben estar alineadas con las exigencias de las directivas europeas y adaptadas al tipo de zona (gas o polvo) y a su clasificación (0, 1, 2 o 20, 21, 22). En los siguientes apartados, explicaremos las principales estrategias y buenas prácticas para proteger eficazmente una zona ATEX y garantizar una operación segura, eficiente y conforme a la normativa vigente.

Identificación del área: evaluación, señalización y documentación

El primer paso fundamental para asegurar una zona ATEX es su identificación correcta, lo que implica realizar una evaluación técnica rigurosa, señalizar el área adecuadamente y documentar toda la información conforme a la normativa vigente. Este proceso permite reconocer los riesgos específicos de cada zona y aplicar medidas preventivas eficaces. La evaluación de riesgos ATEX consiste en analizar los procesos industriales donde puedan generarse atmósferas explosivas, ya sea por la presencia de gases, vapores o polvos. Este estudio identifica:

  • Los puntos críticos donde pueden liberarse sustancias inflamables.
  • Las condiciones operativas que favorecen la formación de atmósferas explosivas.
  • La frecuencia y duración de dicha presencia (clave para clasificar la zona como 0, 1, 2 o 20, 21, 22).

Una vez identificadas, las zonas ATEX deben estar debidamente señalizadas con carteles visibles y normalizados. La señal de “atmósfera explosiva” según el reglamento europeo (símbolo de explosión en fondo amarillo) debe colocarse en todos los accesos a la zona de riesgo. Esto advierte tanto al personal como a visitantes de la necesidad de precauciones especiales y uso de equipos certificados. También, toda zona ATEX debe estar respaldada por una documentación técnica completa, que incluya:

  • Plano actualizado con delimitación de zonas ATEX.
  • Informe de evaluación de riesgos.
  • Registro de equipos instalados y sus certificaciones.
  • Procedimientos de trabajo seguro y planes de mantenimiento.

Formación del personal y uso de equipos certificados

El factor humano desempeña un papel crucial en la prevención de explosiones. Por ello, todo trabajador que acceda o intervenga en una zona ATEX debe recibir una formación especializada, que incluya:

  • Conocimiento de los riesgos asociados a atmósferas explosivas.
  • Manejo seguro de sustancias inflamables y procedimientos de emergencia.
  • Uso correcto de equipos ATEX y prácticas seguras de trabajo.
  • Reconocimiento de señalización y normas aplicables.

Todos los equipos eléctricos o mecánicos instalados o utilizados en zonas ATEX deben contar con certificación conforme a la Directiva ATEX 2014/34/UE. Entre los equipos ATEX más comunes se incluyen:

  • Herramientas manuales no generadoras de chispas.
  • Iluminación, sensores, motores y sistemas de ventilación antideflagrantes.
  • Dispositivos de control, comunicación y seguridad específicos para entornos ATEX.

Capacitación en seguridad para zonas ATEX y uso de equipos

Formación práctica sobre zonas ATEX con equipos certificados

Equipos ATEX y sus categorías

Los equipos ATEX están especialmente diseñados para funcionar de forma segura en entornos con riesgo de explosión. Su uso es obligatorio en todas las zonas clasificadas como ATEX y deben cumplir con los requisitos establecidos en la Directiva 2014/34/UE, que regula la comercialización de equipos y sistemas de protección destinados a atmósferas explosivas dentro de la Unión Europea. Estos equipos se dividen en grupos y categorías, según el tipo de entorno en el que van a ser utilizados (mina o superficie) y el nivel de protección que ofrecen frente al riesgo de explosión.

  • Grupo I: Equipos destinados a minas subterráneas y sus instalaciones de superficie. Deben resistir atmósferas con metano y polvo combustible.
  • Grupo II: Equipos para su uso en zonas ATEX de superficie, en industrias como química, alimentaria, farmacéutica, petroquímica, entre otras.

Dentro de cada grupo, los equipos se clasifican en categorías que indican su grado de protección, directamente relacionado con el nivel de riesgo presente en la zona:

  • Categoría 1: Máximo nivel de protección. Apto para zonas 0 (gases) y 20 (polvo), donde el riesgo de atmósfera explosiva es continuo o frecuente.
  • Categoría 2: Alto nivel de protección. Diseñado para zonas 1 (gases) y 21 (polvo), con presencia probable de atmósferas explosivas.
  • Categoría 3: Nivel de protección básico. Se utiliza en zonas 2 (gases) y 22 (polvo), donde el riesgo es ocasional y de corta duración.

Ejemplos de zonas ATEX en sectores industriales

Estos son algunos ejemplos reales de aplicación de zonas ATEX en distintas industrias:

Industria química y petroquímica

En refinerías, plantas químicas y depósitos de hidrocarburos, los productos procesados emiten vapores inflamables que pueden originar zonas 0, 1 o 2. Un ejemplo típico es el interior de tanques de almacenamiento (zona 0) o las áreas alrededor de bombas y válvulas de carga (zona 1).

Industria alimentaria

Durante la manipulación de harinas, azúcar, cereales u otros productos secos, es habitual la formación de polvo combustible en suspensión. Los molinos, silos y sistemas de transporte neumático suelen clasificarse como zonas 20, 21 o 22, dependiendo del nivel de exposición y ventilación.

Industria farmacéutica

La mezcla y procesamiento de compuestos en polvo, junto con el uso de disolventes volátiles, genera entornos con doble riesgo: gases y polvos. Es común encontrar zonas combinadas ATEX 1/21 o 2/22 en salas de pesaje, áreas de formulación o líneas de envasado.

Industria del reciclaje y tratamiento de residuos

Los procesos que implican triturado de materiales, tratamiento de residuos orgánicos o separación de metales finos pueden liberar polvos inflamables o gases combustibles. Por tanto, muchas plantas clasifican sus áreas críticas como zonas 21 o 22, especialmente cerca de cintas transportadoras, filtros o prensas.

Estaciones de servicio y almacenamiento de combustibles

En estos entornos, los vapores de gasolina y diésel crean atmósferas potencialmente explosivas. Las zonas más próximas a los surtidores, bocas de carga y respiraderos de tanques se clasifican normalmente como zonas 1 o 2.

Resumen de lo esencial sobre las zonas ATEX

A lo largo de este artículo hemos explorado qué son las zonas ATEX, cómo se clasifican y qué medidas deben adoptarse para gestionarlas de forma segura y conforme a la normativa europea. Estos son algunos de los puntos más importantes:

  • Zona ATEX es toda área donde puede formarse una atmósfera explosiva. Su nombre proviene de las directivas europeas ATEX 2014/34/UE y 1999/92/CE.
  • Las zonas se clasifican según el tipo de sustancia (gas o polvo) y la frecuencia del riesgo:
    • Zonas 0, 1 y 2 para gases o vapores.
    • Zonas 20, 21 y 22 para polvo combustible.
  • Existen zonas combinadas, como 1/21 o 2/22, donde hay riesgo tanto por gas como por polvo.
  • Asegurar una zona ATEX requiere:
    • Evaluación del riesgo y correcta delimitación y señalización.
    • Uso exclusivo de equipos certificados ATEX.
    • Formación continua del personal expuesto.
    • Documentación técnica clara y actualizada (DPE).
  • Los equipos ATEX se clasifican en grupos (I y II) y categorías (1, 2 y 3), dependiendo del entorno y del nivel de protección necesario.
  • Las zonas ATEX se encuentran en múltiples sectores: químico, alimentario, farmacéutico, reciclaje y energético, entre otros.
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