Normativa de ropa ignífuga
La normativa de ropa ignífuga es un aspecto fundamental en la seguridad laboral, especialmente en sectores donde los trabajadores están expuestos a riesgos de fuego, chispas o altas temperaturas. En este artículo aprenderás qué dice la normativa sobre la ropa de protección ignífuga, cuáles son las normas más relevantes, qué requisitos deben cumplir las prendas y cómo elegir la vestimenta adecuada para cada entorno laboral. Si buscas información clara y actualizada sobre la normativa de ropa ignífuga, aquí encontrarás todo lo necesario para entenderla y aplicarla correctamente en tu empresa o actividad profesional.
¿Qué es la ropa ignífuga certificada y en qué casos es obligatoria?
La ropa ignífuga certificada es aquella vestimenta de protección diseñada para resistir el contacto con el fuego, las llamas o fuentes de calor extremo, reduciendo el riesgo de quemaduras graves. Para que una prenda se considere ignífuga certificada, debe cumplir con normativas europeas e internacionales específicas, como la EN ISO 11612, que establece los requisitos de rendimiento frente a calor y llama. El uso de ropa ignífuga homologada es obligatorio en todos aquellos sectores en los que los trabajadores están expuestos a peligros derivados del fuego, chispas o calor radiante, como trabajos en la industria metalúrgica y soldadura, entre otros.
La normativa establece que es responsabilidad de las empresas proporcionar la ropa ignífuga certificada adecuada a cada tarea, como parte del equipo de protección individual (EPI). De este modo, se asegura el cumplimiento legal y, sobre todo, la seguridad de los trabajadores en entornos de riesgo.
Principales normas y certificaciones aplicables
La ropa ignífuga de protección debe cumplir con una serie de normas y certificaciones internacionales que garantizan su eficacia frente a riesgos térmicos y exposición al fuego. Estas normativas establecen los requisitos técnicos que deben superar las prendas para ser consideradas seguras y aptas como equipos de protección individual (EPI).
En las siguientes secciones veremos en detalle qué exige cada norma, cómo se aplican en la práctica y por qué es fundamental que la ropa ignífuga certificada cumpla con estos estándares para garantizar la seguridad de los trabajadores.
EN ISO 11612: protección contra el calor y la llama
La norma EN ISO 11612 es la principal referencia internacional en materia de ropa ignífuga de protección. Establece los requisitos que deben cumplir las prendas diseñadas para proteger al usuario frente al calor, las llamas y el contacto con superficies calientes, reduciendo así el riesgo de quemaduras graves en entornos de trabajo peligrosos. Para obtener esta certificación, la ropa debe superar pruebas de resistencia al fuego, al calor convectivo, radiante y por contacto, asegurando que los tejidos no se inflamen ni continúen ardiendo una vez retirada la fuente de calor. El uso de ropa certificada bajo la EN ISO 11612 es obligatorio en sectores donde los trabajadores están expuestos a altas temperaturas o llamas abiertas, como la industria metalúrgica, la soldadura, la energía, la petroquímica o los servicios de emergencia.
11612A (ISO 15025)
Dentro de la norma EN ISO 11612, el ensayo A, también denominado ISO 15025, evalúa la resistencia a la llama superficial de los tejidos utilizados en ropa de protección ignífuga. Este test es fundamental, ya que determina si el material puede evitar la propagación de una llama directa sobre su superficie, una de las situaciones más comunes en entornos de riesgo laboral. El ensayo consiste en aplicar una llama durante un tiempo determinado sobre la superficie o el borde del tejido y observar su comportamiento. Para superar la prueba, la prenda no debe seguir ardiendo ni formar agujeros que comprometan la seguridad del usuario. Además, el tiempo de post-combustión y post-incandescencia debe ser mínimo, lo que asegura que la ropa no mantenga la llama una vez retirada la fuente de calor.
La clasificación obtenida en este test (A1 o A2) indica el nivel de protección frente a la propagación superficial de la llama:
- A1: resistencia a la llama aplicada directamente sobre la superficie del tejido.
- A2: resistencia a la llama aplicada en el borde del tejido.
11612B (ISO 9151)
El ensayo B de la norma EN ISO 11612, regulado por la ISO 9151, mide la capacidad de una prenda ignífuga para resistir la transmisión de calor por convección. Este tipo de calor se genera cuando el aire caliente entra en contacto con la ropa, una situación muy común en procesos industriales con hornos, fundiciones o llamas abiertas. La prueba consiste en exponer el tejido a una fuente de calor convectivo y medir el tiempo que tarda la temperatura en aumentar en el lado interno del material. Cuanto más tarde en transmitirse el calor, mayor será la protección de la prenda para el trabajador.
Los resultados se clasifican en niveles de rendimiento (B1 a B3):
- B1: nivel básico de protección.
- B2: resistencia intermedia.
- B3: máxima protección frente al calor convectivo.
11612C (ISO 6942)
El ensayo C de la norma EN ISO 11612, regulado por la ISO 6942, evalúa la resistencia de la ropa ignífuga frente a la transmisión de calor por radiación. Durante la prueba, el tejido se expone a una fuente de calor radiante controlada y se mide el tiempo que tarda en aumentar la temperatura en el lado opuesto del material.
La clasificación del ensayo se divide en niveles de rendimiento (C1 a C4):
- C1: nivel básico de protección.
- C2: protección intermedia.
- C3: alta resistencia al calor radiante.
- C4: nivel máximo de protección, recomendado para exposiciones extremas.
11612D (ISO 9185)
El ensayo D de la norma EN ISO 11612, regulado por la ISO 9185, mide la capacidad de la ropa ignífuga certificada para resistir el impacto y la penetración de salpicaduras de metal fundido. Este test es especialmente relevante en sectores como la fundición, la metalurgia y la soldadura, donde los trabajadores están expuestos a gotas o proyecciones de metales a muy altas temperaturas. La prueba consiste en verter una cantidad determinada de aluminio fundido sobre el tejido para comprobar si la prenda logra evitar que el metal atraviese el material y llegue a la piel. La norma establece diferentes niveles de protección (D1 a D3) en función de la cantidad de aluminio fundido que el tejido es capaz de resistir sin que se produzca contacto con la superficie interior:
- D1: resistencia básica frente a pequeñas salpicaduras.
- D2: resistencia intermedia, adecuada para exposiciones frecuentes.
- D3: máxima protección frente a proyecciones abundantes de aluminio fundido.
11612F (ISO 12127)
El ensayo F de la norma EN ISO 11612, regulado por la ISO 12127, evalúa la resistencia de la ropa ignífuga certificada frente al calor por contacto. Este tipo de calor se produce cuando la prenda entra en contacto directo con superficies, objetos o materiales a muy altas temperaturas, una situación común en industrias como la metalurgia, la soldadura, la petroquímica o la fabricación de vidrio. La prueba consiste en aplicar un objeto caliente sobre el tejido y medir el tiempo que tarda en transmitirse una temperatura crítica en la cara interna del material, aquella que estaría en contacto con la piel del trabajador. Este tiempo determina el nivel de protección frente a quemaduras. Los resultados se clasifican en niveles de rendimiento (F1 a F3):
- F1: resistencia básica, adecuada para exposiciones breves al calor por contacto.
- F2: resistencia intermedia, ofrece mayor tiempo de protección.
- F3: máxima resistencia al calor por contacto, recomendada para entornos de riesgo extremo.
EN ISO 11611: trabajos de soldadura y afines
La norma EN ISO 11611 establece los requisitos de ropa de protección específica para trabajos de soldadura y actividades afines, incluyendo corte por plasma, soldadura por arco y gas, así como tareas con exposición a salpicaduras de metal fundido y calor radiante. A diferencia de la EN ISO 11612, que se centra en la protección frente al calor general y las llamas, la 11611 está diseñada específicamente para entornos de soldadura y metalurgia. Esta normativa define los criterios que deben cumplir los tejidos, costuras y accesorios de la prenda para garantizar la máxima seguridad del trabajador. La ropa certificada según la EN ISO 11611 ofrece:
- Protección frente a chispas y salpicaduras de metal fundido.
- Resistencia al calor radiante generado durante la soldadura.
- Materiales ignífugos que no se inflaman ni propagan la llama.
- Diseño y costuras reforzadas para evitar accidentes por desgarros o exposición del cuerpo.
La EN ISO 11611 clasifica las prendas en Clase 1 y Clase 2, dependiendo del nivel de riesgo:
- Clase 1: adecuada para trabajos de soldadura de riesgo limitado o esporádico.
- Clase 2: para trabajos con exposición continua o riesgos elevados, donde se requiere máxima protección.
Ropa ignífuga certificada para soldadura EN ISO 11611

EN ISO 14116: propagación limitada de la llama (índices 1, 2 y 3)
La norma EN ISO 14116 regula la resistencia de los tejidos a la propagación limitada de la llama, un factor clave para garantizar que la ropa ignífuga no contribuya a la propagación del fuego en caso de exposición a llamas accidentales. Esta normativa se aplica a prendas que no están necesariamente diseñadas para una exposición continua al fuego, pero que deben ofrecer una barrera frente a la ignición y la propagación rápida de la llama. La EN ISO 14116 clasifica los tejidos en tres índices de protección:
| Índice 1 | Índice 2 | Índice 3 |
| Protección básica frente a llamas, adecuado para riesgo mínimo. | Protección intermedia, recomendado para entornos con riesgo moderado de exposición a llamas. | Máxima protección, indicado para trabajos donde existe alta probabilidad de contacto con fuego o llamas abiertas. |
IEC 61482-2: riesgos de arco eléctrico
La norma IEC 61482-2 establece los requisitos que debe cumplir la ropa de protección frente al riesgo de arco eléctrico, uno de los accidentes más peligrosos en el ámbito laboral. El arco eléctrico se produce cuando se genera una descarga de corriente eléctrica a través del aire, liberando de forma instantánea una enorme cantidad de energía térmica, radiación y presión que puede causar quemaduras graves, daños auditivos e incluso la muerte. La ropa certificada según la IEC 61482-2 está diseñada para resistir la energía incidente generada por un arco eléctrico, evitando que la llama se propague y reduciendo el impacto térmico sobre el trabajador. Esta norma contempla dos métodos de ensayo:
- Test de caja (Box Test – EN 61482-1-2): simula la exposición a un arco eléctrico en condiciones controladas y clasifica la protección en Clase 1 (4 kA) y Clase 2 (7 kA), siendo la segunda la de mayor nivel.
- Test de arco abierto (Open Arc Test – EN 61482-1-1): mide el valor de energía incidente (cal/cm²) que la prenda es capaz de soportar antes de provocar quemaduras de segundo grado, definiendo así el ATPV (Arc Thermal Performance Value) o ELIM (Energy Limit Value).
El uso de ropa certificada bajo la IEC 61482-2 es obligatorio en trabajos eléctricos de media y alta tensión, como en subestaciones, mantenimiento de redes eléctricas, instalaciones industriales y energías renovables.
EN 1149-5: propiedades electrostáticas
La norma EN 1149-5 regula los requisitos que debe cumplir la ropa de protección con propiedades electrostáticas, diseñada para evitar la acumulación y descarga de electricidad estática. Estas descargas, aunque imperceptibles en muchos casos, pueden ser extremadamente peligrosas en entornos con atmósferas explosivas (ATEX), ya que una simple chispa podría provocar un incendio o una explosión. La EN 1149-5 forma parte de un conjunto de normas más amplias (EN 1149-1, EN 1149-3 y EN 1149-5), que en conjunto definen los métodos de prueba y las exigencias de seguridad para garantizar que los tejidos disipan la carga electrostática de forma segura. En concreto, la EN 1149-5 establece los requisitos de diseño y fabricación de las prendas que aseguran el cumplimiento de estas propiedades protectoras en el uso real.
Su aplicación es especialmente importante en sectores con riesgo de atmósferas explosivas, donde se exige el cumplimiento de la Directiva ATEX 2014/34/UE, que regula los equipos y sistemas de protección destinados a emplearse en ambientes potencialmente explosivos. En entornos como la industria química, farmacéutica, refinerías, plantas de gas y manejo de combustibles, la ropa certificada bajo la EN 1149-5 resulta indispensable para minimizar el riesgo de ignición y garantizar la máxima seguridad del personal.
EN 13034/ISO 16602: protección frente a salpicaduras químicas
La norma EN 13034, armonizada con la ISO 16602, establece los requisitos para la ropa de protección química de Tipo 6, diseñada para ofrecer protección limitada frente a salpicaduras de productos químicos líquidos. El objetivo de esta norma es garantizar que la ropa actúe como defensa frente a salpicaduras accidentales, sin comprometer la movilidad y comodidad del trabajador. Por ello, está pensada para entornos donde el riesgo químico no es elevado, pero sí requiere una protección básica como medida preventiva. Las principales aplicaciones de la EN 13034 / ISO 16602 se encuentran en sectores como:
- Industria química ligera y laboratorios.
- Mantenimiento industrial y operaciones de limpieza con productos químicos.
- Industria farmacéutica y manejo de sustancias líquidas de baja peligrosidad.
Otras normas relevantes como NFPA 2112/2113
Además de las normas europeas, existen regulaciones internacionales que también son clave en la certificación de ropa ignífuga y de protección térmica, especialmente en países como Estados Unidos. Entre ellas destacan la NFPA 2112 y la NFPA 2113, ambas elaboradas por la National Fire Protection Association (NFPA).
- NFPA 2112: establece los requisitos mínimos de rendimiento para la ropa resistente al fuego (FR clothing) utilizada en entornos donde existe riesgo de explosiones de llama repentina (flash fire). Regula ensayos como resistencia al calor convectivo, radiante y por contacto.
- NFPA 2113: complementa la 2112, ya que define los criterios para la selección, uso, cuidado y mantenimiento de la ropa ignífuga, asegurando que las prendas mantengan su nivel de protección a lo largo de su vida útil.
Cómo se prueban y certifican las prendas ignífugas
La ropa ignífuga certificada debe superar estrictos ensayos de laboratorio que garantizan su resistencia frente a llamas, calor, arco eléctrico, descargas electrostáticas o salpicaduras de metal fundido. Proceso de certificación paso a paso:
- Diseño y selección del tejido: los fabricantes eligen materiales resistentes a calor y llama.
- Ensayos de laboratorio: pruebas normalizadas según normas como EN ISO 11612, EN 11611, EN 14116, entre otras.
- Evaluación de resultados: clasificación de las prendas según niveles de protección (ej. A1, B1-B3, C1-C4).
- Certificación por un organismo notificado: una vez superadas las pruebas, la ropa recibe el marcado CE (en Europa) o el certificado correspondiente (NFPA, ASTM en EE. UU.).
- Seguimiento y control de calidad: auditorías periódicas garantizan que las prendas en producción siguen cumpliendo con la normativa.
Los ensayos miden parámetros como resistencia a la llama, calor por convección, calor radiante, calor por contacto, arco eléctrico o propiedades electrostáticas. Los resultados se expresan en niveles de rendimiento (1, 2, 3, etc.), que indican la capacidad de protección de la prenda en función de la severidad del riesgo. Cuanto mayor es el nivel, mayor es la protección que ofrece.
Cómo elegir la ropa ignífuga según el riesgo
Seleccionar la ropa ignífuga adecuada debe basarse en una evaluación de riesgos laborales específica para cada puesto de trabajo. La normativa establece que es responsabilidad del empleador proporcionar equipos de protección individual (EPI) que ofrezcan el nivel de seguridad necesario frente a los peligros presentes en el entorno laboral, así como también es importante conocer perfectamente qué es el vestuario ignifugo. A la hora de elegir la prenda correcta, se deben tener en cuenta los siguientes escenarios:
- Exposición a calor y llamas abiertas → ropa certificada bajo la EN ISO 11612, con el nivel de protección (A-F) correspondiente al tipo de calor predominante (convección, radiación, contacto, metal fundido).
- Trabajos de soldadura y corte por plasma → prendas conforme a la EN ISO 11611, que protegen frente a chispas, proyecciones de metal y calor radiante.
- Riesgo de arco eléctrico → ropa con certificación IEC 61482-2, seleccionando el nivel de protección según la energía incidente estimada (Clase 1, Clase 2, ATPV o ELIM).
- Ambientes con riesgo electrostático o ATEX → vestimenta certificada según EN 1149-5, que evita descargas electrostáticas capaces de provocar incendios o explosiones.
- Entornos con riesgo químico ligero → prendas de Tipo 6 (EN 13034 / ISO 16602), diseñadas para proteger frente a salpicaduras accidentales de sustancias líquidas.
- Exposición a llamas ocasionales o riesgo moderado → ropa que cumpla con EN ISO 14116, que limita la propagación de la llama en caso de ignición accidental.
Marcados, pictogramas y etiquetas
Toda ropa ignífuga certificada debe llevar marcados y etiquetas oficiales que indiquen de forma clara la norma que cumple, el nivel de protección alcanzado y las instrucciones de uso y mantenimiento. Saber interpretar estos símbolos es fundamental para garantizar que la prenda se utiliza correctamente y ofrece la seguridad que promete.
Elementos clave de los marcados en ropa ignífuga:
- Norma de referencia: indica la certificación obtenida (ej. EN ISO 11612, EN ISO 11611, IEC 61482-2, etc.).
- Niveles de protección: aparecen mediante letras y números que representan los ensayos superados (ej. EN ISO 11612 A1, B2, C1…).
- Pictogramas de seguridad: iconos que ilustran el tipo de riesgo frente al que protege la prenda, como llama, chispa, arco eléctrico o producto químico.
- Marcado CE: garantiza que la ropa cumple con la normativa europea de Equipos de Protección Individual (EPI).
- Instrucciones del fabricante: incluyen vida útil estimada, ciclos de lavado permitidos y limitaciones de uso.
Ejemplos de pictogramas más habituales:
- Llama → protección frente a calor y fuego (EN ISO 11612).
- Rayo → protección frente a arco eléctrico (IEC 61482-2).
- Chispa y metal fundido → protección para soldadura (EN ISO 11611).
- Gotero químico → protección frente a salpicaduras de productos químicos (EN 13034).
- Descarga electrostática → ropa con propiedades antiestáticas (EN 1149-5).
Cómo demostrar el cumplimiento en una auditoría
En una auditoría de prevención de riesgos laborales o de sistemas de gestión de seguridad, las empresas deben poder acreditar que la ropa ignífuga utilizada por sus trabajadores cumple con la normativa vigente. No basta con entregar las prendas, es necesario aportar documentación técnica y evidencias de uso correcto.
- Certificados de conformidad
- Conservar los certificados de los fabricantes que acrediten la homologación de la prenda bajo normas como EN ISO 11612, EN ISO 11611, IEC 61482-2, etc.
- Verificar que las certificaciones provienen de organismos notificados y laboratorios acreditados ISO/IEC 17025.
- Marcado CE y etiquetas visibles
- Mostrar que todas las prendas cuentan con el marcado CE obligatorio en Europa y con etiquetas que indiquen la norma aplicable y el nivel de protección.
- Registro de entrega de EPIs
- Mantener un listado actualizado de entrega de ropa ignífuga a cada trabajador, con firma de recepción y fecha.
- Este registro demuestra que la empresa cumple con la obligación legal de dotar a su plantilla de la protección adecuada.
- Instrucciones de uso y formación
- Documentar que los trabajadores han recibido formación sobre el uso, mantenimiento y limitaciones de la ropa ignífuga.
- Esto incluye pautas de lavado, almacenamiento y sustitución de prendas dañadas.
- Control de mantenimiento y reposición
- Conservar registros de revisiones periódicas, sustituciones y retirada de ropa en mal estado.
- De esta forma, se demuestra que la ropa sigue siendo eficaz y que la empresa gestiona su vida útil correctamente.
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