Golpe de calor en el trabajo: prevención, síntomas y actuación

Fermín Martínez Gómez
Fermín Martínez Gómez | Agente de Atención al Cliente
25/04/2022 | Actualizado: 04/07/2025 25/04/2022
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Golpe de calor en el trabajo: prevención, síntomas y actuación
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Con la llegada del verano y las altas temperaturas, el golpe de calor en el trabajo se convierte en un riesgo real, especialmente para quienes desempeñan labores al aire libre o en ambientes calurosos. Este trastorno puede tener consecuencias graves para la salud e incluso llegar a ser mortal si no se detecta y trata a tiempo. Por eso, es fundamental conocer cómo prevenir, identificar los síntomas y saber cómo actuar ante un caso de golpe de calor en el entorno laboral. En este post te damos toda la información que necesitas para tener una buena planificación y la formación adecuada para poder salvar vidas.

¿Qué es un golpe de calor y por qué es un riesgo laboral?

El golpe de calor es una afección grave que se produce cuando el cuerpo no puede regular su temperatura debido a una exposición prolongada a la radiación solar, humedad y esfuerzo físico. Esto suele suceder  por las altas temperaturas, especialmente en combinación con actividad física intensa y falta de hidratación, lo que deriva en estrés térmico por calor. En estos casos, la temperatura corporal puede superar los 40 grados centígrados, poniendo en riesgo órganos vitales y, en casos extremos, causando la muerte.

En el ámbito laboral, el golpe de calor representa un riesgo importante para la salud y seguridad de los trabajadores, especialmente en sectores como la construcción, la agricultura, el transporte, la industria o la hostelería. Estos entornos suelen combinar altas temperaturas, esfuerzo físico y exposición directa al sol o a fuentes de calor, lo que aumenta significativamente el peligro. Además, el estrés térmico no solo afecta al cuerpo, también reduce la concentración, provoca fatiga y aumenta la probabilidad de accidentes laborales, ya que un trabajador deshidratado o mareado tiene menos capacidad de reacción.

Factores que lo provocan: tareas, entorno y condiciones personales

El riesgo de sufrir un golpe de calor en el trabajo no depende únicamente de la temperatura ambiente. Existen múltiples factores que, combinados, aumentan la probabilidad de que se produzca este trastorno. Identificar estos elementos es clave para aplicar medidas preventivas eficaces. Se pueden agrupar en tres categorías: tipo de tareas realizadas, condiciones del entorno laboral y características personales del trabajador.

Tareas que favorecen el golpe de calor

Ciertas actividades aumentan la producción interna de calor en el cuerpo y, por tanto, el riesgo de sufrir un golpe de calor:

  • Trabajos físicos intensos o con esfuerzo continuado (carga, descarga, excavación, etc.).
  • Tareas realizadas al aire libre bajo el sol directo.
  • Manipulación de maquinaria que emite calor (hornos, calderas, motores industriales).
  • Uso de Equipos de Protección Individual (EPI) que limitan la transpiración o la ventilación corporal.

Entornos laborales con riesgo térmico

El lugar donde se realiza la actividad también influye considerablemente:

  • Ambientes calurosos, mal ventilados o sin climatización adecuada.
  • Espacios confinados donde el calor se acumula (sótanos, cámaras térmicas, cocinas industriales).
  • Zonas con alta humedad relativa, que dificultan la evaporación del sudor.
  • Lugares donde no se permiten pausas frecuentes ni hay acceso a sombra o agua potable.

Condiciones personales que agravan el riesgo

Algunas características individuales pueden hacer que un trabajador sea más vulnerable al golpe de calor:

  • Edad avanzada o muy joven.
  • Sobrepeso u obesidad.
  • Enfermedades crónicas (diabetes, cardiovasculares, renales, etc.).
  • Consumo de ciertos medicamentos (diuréticos, antihipertensivos).
  • Falta de aclimatación al calor o al esfuerzo físico.
  • Deshidratación previa o falta de descanso.

¿Cuáles son los síntomas del golpe de calor?

Reconocer a tiempo los síntomas del golpe de calor puede evitar complicaciones graves e incluso salvar vidas. A menudo se manifiesta cuando el cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura y empieza a fallar. A diferencia de un simple agotamiento por calor, los síntomas del golpe de calor son más intensos y peligrosos.

Primeras señales de alerta

Cuanto antes se identifiquen los síntomas iniciales, más posibilidades hay de actuar a tiempo y evitar complicaciones graves. Por eso, tanto trabajadores como supervisores deben estar atentos a cualquier cambio físico o conductual, especialmente en jornadas de calor intenso. Estas son las principales señales tempranas que indican un posible golpe de calor:

  • Sudoración excesiva en un primer momento, seguida de disminución o ausencia de sudor.
  • Cansancio inusual, sensación de debilidad o fatiga extrema sin causa aparente.
  • Dolor de cabeza leve que va en aumento.
  • Sed intensa o sensación de boca seca.
  • Piel enrojecida y caliente al tacto.
  • Ligero mareo o sensación de inestabilidad.
  • Irritabilidad, confusión leve o dificultad para concentrarse.
  • Calambres musculares en piernas, brazos o abdomen.

Cómo reconocer los síntomas del golpe de calor

Síntomas físicos del golpe de calor en trabajadores

Cuándo se trata de una urgencia médica

Aunque algunos síntomas pueden parecer leves al inicio, este trastorno puede evolucionar rápidamente y causar daños graves si no se recibe atención profesional a tiempo.

El golpe de calor no debe subestimarse, cuando los mecanismos naturales del cuerpo para regular la temperatura fallan, los órganos vitales pueden empezar a colapsar en cuestión de minutos. Por eso, es clave saber cuándo hay que actuar de inmediato y llamar a emergencias. Debes considerar el golpe de calor como una emergencia médica grave y buscar ayuda profesional inmediatamente si la persona presenta alguno de estos síntomas:

  • Temperatura corporal superior a 40 °C.
  • Pérdida de conciencia o desmayo.
  • Confusión severa, delirio o alucinaciones.
  • Piel muy caliente, seca y enrojecida, sin sudor visible.
  • Convulsiones o movimientos involuntarios.
  • Dificultad para respirar o respiración muy acelerada.
  • Vómitos persistentes que impiden la hidratación.

¿Cómo prevenir un golpe de calor en el entorno laboral?

Prevenir un golpe de calor en el entorno laboral no solo es una responsabilidad legal y ética de las empresas, es una necesidad urgente en épocas de altas temperaturas. La exposición al calor extremo, combinada con el esfuerzo físico y la falta de medidas preventivas, puede desencadenar situaciones de riesgo grave para la salud de los trabajadores. Afortunadamente, el golpe de calor es un problema altamente prevenible si se adoptan las medidas adecuadas. La clave está en actuar de forma anticipada, adaptando las condiciones de trabajo, promoviendo la hidratación y el descanso, y capacitando al personal para reconocer los riesgos.

Medidas organizativas y adaptaciones del puesto

La prevención del golpe de calor en el trabajo empieza por una adecuada organización de las tareas y una adaptación del entorno laboral. La empresa tiene un papel clave en la protección de la salud de sus trabajadores mediante la implementación de medidas organizativas eficaces y ajustes en los puestos de trabajo que reduzcan la exposición al calor.

  • Modificar los horarios de trabajo para evitar las horas de mayor calor (entre las 12:00 y las 17:00).
  • Establecer pausas frecuentes en zonas frescas o con sombra para facilitar la recuperación térmica.
  • Planificar las tareas más exigentes a primera hora de la mañana o al final de la jornada.
  • Rotar al personal en trabajos de alta carga física o bajo exposición directa al sol.
  • Reducir la duración de las exposiciones continuas al calor extremo.
  • Habilitar zonas de descanso climatizadas o con buena ventilación.
  • Instalar ventiladores, sistemas de refrigeración o sombrillas en zonas expuestas.
  • Revisar la carga física del puesto, redistribuyendo tareas o utilizando maquinaria para reducir el esfuerzo manual.
  • Disponer de agua potable cercana y accesible en todo momento.
  • Permitir el uso de ropa ligera, transpirable y adecuada para el calor, sin comprometer la seguridad.

Hidratación, pausas y ropa adecuada

Aunque la empresa debe garantizar un entorno seguro, cada trabajador también tiene la responsabilidad de protegerse del calor mediante conductas sencillas pero efectivas. Tres pilares clave son: mantenerse bien hidratado, respetar los descansos y usar ropa adecuada.

La hidratación es la primera barrera de defensa frente al calor. No se debe esperar a tener sed para beber agua, ya que ese es un signo de deshidratación inicial.

  • Bebe agua con frecuencia, al menos un vaso cada 20-30 minutos, incluso si no se tiene sed.
  • Evita bebidas azucaradas, energéticas, alcohólicas o con cafeína, ya que aumentan la pérdida de líquidos.
  • En trabajos muy exigentes, puede ser útil complementar con bebidas isotónicas para reponer sales minerales.
  • Realiza descansos frecuentes, especialmente si se trabaja al sol o con esfuerzo físico.
  • Aprovecha las pausas en zonas ventiladas, con sombra o climatizadas.
  • Evita reanudar la actividad sin antes haber bajado la temperatura corporal.

La ropa también juega un papel fundamental en la regulación de la temperatura corporal y la comodidad:

  • Usa ropa ligera, transpirable, de colores claros y tejidos naturales como el algodón.
  • Protege la cabeza con gorras, sombreros, cascos con visera o ropa refrigerante si se trabaja al aire libre.
  • Evita prendas ajustadas o sintéticas que impidan la transpiración.
  • Siempre que sea compatible con la seguridad, reduce al mínimo las capas de ropa.

¿Qué hacer en caso de golpe de calor en el trabajo?

Saber cómo actuar ante un golpe de calor en el trabajo puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una emergencia médica grave. Cuando una persona muestra síntomas compatibles con este trastorno, el tiempo de respuesta es fundamental. Cuanto más rápido se identifiquen los signos y se inicie la atención, mayores serán las posibilidades de evitar consecuencias graves. En cualquier entorno laboral, es imprescindible que todos (trabajadores, responsables de prevención y personal de emergencias internas) estén preparados para reconocer la situación y aplicar los primeros auxilios básicos, a la espera de asistencia médica si es necesaria. La actuación inmediata puede ayudar a estabilizar al afectado, reducir su temperatura corporal y prevenir daños mayores. Por eso, es esencial:

  • Interrumpir la actividad y avisar de inmediato.
  • Llevar a la persona a un lugar fresco y ventilado.
  • Aplicar medidas para enfriar el cuerpo sin demora.
  • Contactar con los servicios de emergencia si hay síntomas graves o pérdida de conciencia.

Protocolo de actuación paso a paso

Ante un caso de golpe de calor en el trabajo, es muy importante seguir un protocolo claro y ordenado para actuar con rapidez, minimizar riesgos y proteger la salud del trabajador afectado. Cada minuto cuenta, por lo que tener instrucciones bien definidas facilita una respuesta eficaz en situaciones de emergencia. Esto es un protocolo paso a paso para saber exactamente qué hacer cuando se detectan síntomas compatibles con un golpe de calor:

  • Detener la actividad y alertar
  • Avisar al responsable de seguridad o al servicio de emergencias interno.
  • Si la situación es grave (desmayo, confusión, convulsiones), llamar al 112 o al número de emergencias local.
  • Llevar a la persona a la sombra o a una zona con aire acondicionado.
  • Tumbarla con la cabeza ligeramente elevada, aflojando la ropa para facilitar la ventilación.
  • Iniciar medidas para reducir la temperatura corporal
  • Aplicar compresas frías en axilas, cuello, frente e ingles. Rociar el cuerpo con agua fresca o cubrirlo con toallas húmedas.
  • Usar ventiladores o abanicos para favorecer la evaporación del sudor.
  • Si la persona está consciente y puede tragar, ofrecer agua en pequeños sorbos (nunca forzarla).
  • Monitorizar los signos vitales.
  • Observar el estado de conciencia, respiración y pulso.
  • Estar atento a cualquier empeoramiento de los síntomas (mareos, vómitos, pérdida de conocimiento).
  • Esperar a los servicios médicos y proporcionar información
  • Cuando lleguen los profesionales sanitarios, informar sobre lo ocurrido, el tiempo de exposición al calor y las medidas aplicadas.
  • No abandonar al trabajador afectado en ningún momento.

Cuándo y cómo pedir ayuda médica

El golpe de calor puede evolucionar rápidamente y convertirse en una emergencia vital si no se actúa a tiempo. Por eso, es fundamental identificar el momento exacto en que debe intervenir un profesional sanitario. Se debe llamar al 112 (o al número de emergencias local) de forma inmediata si el trabajador presenta alguno de estos síntomas:

  • Pérdida de conciencia o desmayo.
  • Confusión mental, desorientación o comportamiento incoherente.
  • Temperatura corporal superior a 40 °C.
  • Convulsiones o espasmos musculares incontrolables.
  • Piel muy caliente, seca y enrojecida, sin presencia de sudor.
  • Dificultad respiratoria, pulso débil o muy acelerado.
  • Empeoramiento rápido del estado general tras los primeros síntomas.

Cómo pedir ayuda médica de forma eficaz

  • Llama al 112 (o número de emergencia correspondiente) lo antes posible.
  • Indica con claridad:
    • Ubicación exacta del incidente (nombre de la empresa, dirección, punto de acceso).
    • Síntomas del trabajador y su evolución.
    • Edad, sexo y estado de conciencia del afectado. •
    • Medidas de primeros auxilios ya aplicadas. •
    • Sigue las instrucciones del operador mientras esperas la llegada de los servicios sanitarios.
    • Mantén al trabajador acompañado, en reposo y en un entorno fresco y seguro.

Prevención del golpe de calor según la normativa de riesgos laborales

La legislación en materia de prevención de riesgos laborales establece claramente la obligación de proteger a los trabajadores frente a los riesgos derivados de la exposición a altas temperaturas, especialmente en sectores y actividades donde este peligro es frecuente. Según la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, la empresa debe garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores en todos los aspectos relacionados con su trabajo. Esto incluye:

  • Evaluar los riesgos térmicos en el lugar de trabajo, especialmente durante los meses más calurosos del año.
  • Adoptar medidas preventivas eficaces para reducir la exposición al calor.
  • Planificar la actividad laboral teniendo en cuenta las condiciones climáticas, evitando las horas de mayor riesgo.
  • Informar y formar adecuadamente a los trabajadores sobre los peligros del calor y cómo protegerse.
  • Proporcionar agua potable, acceso a zonas de sombra o climatizadas y equipos de protección adecuados.
  • Adaptar la jornada laboral cuando se superen los umbrales térmicos establecidos por las autoridades sanitarias o laborales.

Normativas específicas y recomendaciones

Además de la Ley de PRL, existen otras normativas y guías técnicas que refuerzan estas obligaciones, como:

  • El Real Decreto 486/1997, que establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.
  • Las recomendaciones del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) para la gestión del estrés térmico.
  • Normas específicas para sectores vulnerables como la construcción, agricultura o trabajos en exteriores.

Resumen final: claves para evitar un golpe de calor laboral

El golpe de calor en el entorno laboral es un riesgo serio que puede evitarse con medidas adecuadas y una buena preparación. Para mantener la seguridad y proteger la salud de los trabajadores, es fundamental recordar estas claves esenciales:

  • Reconocer los factores de riesgo: trabajos físicos intensos, exposición prolongada al sol o ambientes calurosos, y condiciones personales que aumentan la vulnerabilidad.
  • Identificar los síntomas iniciales y de alerta, como sudoración excesiva, cansancio, mareos o confusión, para actuar rápido.
  • Aplicar medidas organizativas, como adaptar horarios, planificar pausas y acondicionar los puestos de trabajo para minimizar la exposición al calor.
  • Fomentar hábitos personales saludables, con una hidratación constante, pausas en zonas frescas y uso de ropa ligera y adecuada.
  • Seguir un protocolo claro de actuación ante cualquier indicio de golpe de calor, deteniendo la actividad y brindando primeros auxilios inmediatos.
  • Saber cuándo y cómo pedir ayuda médica urgente, llamando a emergencias ante síntomas graves o empeoramiento rápido.
  • Cumplir con la normativa de prevención de riesgos laborales, garantizando formación, evaluación de riesgos y condiciones seguras.
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